Hay un lugar en el colegio donde no se aprende el abecedario, sino a cabalgar sobre ciervos.
Tampoco se aprende a mirar fijamente la pizarra con ojos soñolientos, sino a navegar por las nubes.
No a medir en metros, decímetros o centímetros,
Sino a bailar con las estrellas.
Tampoco se aprenden los colores rojo, verde, azul
Sino a descubrir a los duendes del arco iris.
No se aprende a leer libros interminables, sino a contar cuentos inolvidables.
En este lugar del colegio no tenemos que memorizar textos, sino que nos enseñan a reconocer las huellas de hadas.
Y nada de dos y dos son cuatro sino que aprendemos a hacer magia y soñar.
Allí tampoco se aprende que luna empieza con l,
que estrella se escribe con ll
y que lobo tiene b,
sino a hablar el lenguaje de los animales.
En el lugar del que te hablo todo es posibles: dragones que no quieren asustar sino hacer reír, lobos buenos…todo lo que puedas imaginar.
¿Que dónde está ese lugar?
En el valle encantado, tres kilómetros más allá de la casa de los tres cerditos, se llama
“La biblioteca de los niños felices”
su puerta está abierta de par en par. Entra allí y si algún día quieres salir, cuéntale a tus compañeros donde estuviste. Seguro que les gustará seguirte en esta aventura.
Desde El CEIP Yaiza, un secreto.
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