La historia más cercana
Por J. J. Romero
No importa que no haya conseguido el desconocido hasta ahora Premio Nobel de la Educación. La presencia de un maestro de primaria español, César Bona, en la lista de los 50 candidatos al Premio Global del Profesorado ( Global Teacher Prize), otorgado por la Varkey GEMS Foundation y dotado con un millón de dólares, ha provocado uno de los hechos más positivos que se han registrado en los últimos tiempos en el cuestionado sistema educativo español. La atención de los medios de comunicación se ha centrado por una vez en una de las buenas noticias que a diario produce la escuela, centrándose en este caso en la buena labor de un profesional de la educación. Su destacada capacidad para comunicar ha contribuido a la creación express de un maestro mediático, un líder, un referente.
La educación de este país necesita voces que cuenten en sociedad su experiencia en las aulas, como ha ocurrido en las diversas intervenciones públicas de Bona, que hasta ha emprendido una gira como una estrella del rock, que ha incluido también `bolo´ en Lanzarote. Su luz no debe apagarse como una estrella fugaz tras el desenlace de este premio. Necesitamos a César Bona y a muchos y muchas más como él ocupando espacio en los medios de comunicación y en los escenarios más cercanos de forma más habitual que hasta ahora.
La escuela que practica César Bona ha sido definida como el ejemplo de un modelo de escuela diferente a la oficial. Se ha dicho de él que usa estrategias pedagógicas muy innovadoras, en las que se da importancia a lo que le interesa a los alumnos, su curiosidad y creatividad, y deja el currículo en un segundo lugar. También es interesante que apenas haga alusiones a la tecnología. Leyendo lo que se ha dicho en estos días de este maestro me viene a la memoria unas clases diferentes a las convencionales, siendo alumno del Ceip Adolfo Topham, en el último trimestre del curso 1985-1986.
La actividad que desarrollábamos en el área de Lenguaje en octavo curso de la EGB no nos obligaba a estar clavados en la silla y eso ya la convertía en algo especial. Estábamos elaborando nuestro primer periódico escolar. Fueron unos días intensos, en los que aquellos niños y niñas de barrios como Altavista, Valterra y La Vega nos sentimos protagonistas y autores de un producto que iba a tener su impacto en nuestra comunidad.
Al frente de aquel proyecto, como maestro de la asignatura, estaba don Salvador Pérez. Con el paso de los años, y las décadas, el recuerdo, el sedimento de la memoria mejor conservado, es el de un maestro que era un gran lector. Todo un lujo para su alumnado. Esa condición se transmite hasta sin palabras, con el gesto de satisfacción y de seguridad que proporciona el refugio de la lectura, algo que se proyecta en un diálogo sosegado, brillante y razonable. Hacía referencias con frecuencia a algún escritor o personaje de alguna novela y lo veíamos siempre con algún libro a cuestas. Así se produce el sano contagio del hábito de la lectura en las escuelas, con maestros lectores. Igual que el que ve un coche en la calle y ansía tenerlo, la felicidad que transmiten los grandes lectores como Don Salvador también es objeto de deseo. El recuerdo de aquellos días y de este gran maestro nos ocupó más que nunca el pasado noviembre de 2014 al saber de su repentino fallecimiento. D.E.P.
Para maestros con proyectos en el aula, como los referidos con anterioridad, no debe pasar desapercibido una publicación que vio la luz en Lanzarote hace unos meses. El libro “El postigo, una mirada al pasado del municipio de Tías”.
No importa que no haya conseguido el desconocido hasta ahora Premio Nobel de la Educación. La presencia de un maestro de primaria español, César Bona, en la lista de los 50 candidatos al Premio Global del Profesorado ( Global Teacher Prize), otorgado por la Varkey GEMS Foundation y dotado con un millón de dólares, ha provocado uno de los hechos más positivos que se han registrado en los últimos tiempos en el cuestionado sistema educativo español. La atención de los medios de comunicación se ha centrado por una vez en una de las buenas noticias que a diario produce la escuela, centrándose en este caso en la buena labor de un profesional de la educación. Su destacada capacidad para comunicar ha contribuido a la creación express de un maestro mediático, un líder, un referente.
La educación de este país necesita voces que cuenten en sociedad su experiencia en las aulas, como ha ocurrido en las diversas intervenciones públicas de Bona, que hasta ha emprendido una gira como una estrella del rock, que ha incluido también `bolo´ en Lanzarote. Su luz no debe apagarse como una estrella fugaz tras el desenlace de este premio. Necesitamos a César Bona y a muchos y muchas más como él ocupando espacio en los medios de comunicación y en los escenarios más cercanos de forma más habitual que hasta ahora.
La escuela que practica César Bona ha sido definida como el ejemplo de un modelo de escuela diferente a la oficial. Se ha dicho de él que usa estrategias pedagógicas muy innovadoras, en las que se da importancia a lo que le interesa a los alumnos, su curiosidad y creatividad, y deja el currículo en un segundo lugar. También es interesante que apenas haga alusiones a la tecnología. Leyendo lo que se ha dicho en estos días de este maestro me viene a la memoria unas clases diferentes a las convencionales, siendo alumno del Ceip Adolfo Topham, en el último trimestre del curso 1985-1986.
La actividad que desarrollábamos en el área de Lenguaje en octavo curso de la EGB no nos obligaba a estar clavados en la silla y eso ya la convertía en algo especial. Estábamos elaborando nuestro primer periódico escolar. Fueron unos días intensos, en los que aquellos niños y niñas de barrios como Altavista, Valterra y La Vega nos sentimos protagonistas y autores de un producto que iba a tener su impacto en nuestra comunidad.
Al frente de aquel proyecto, como maestro de la asignatura, estaba don Salvador Pérez. Con el paso de los años, y las décadas, el recuerdo, el sedimento de la memoria mejor conservado, es el de un maestro que era un gran lector. Todo un lujo para su alumnado. Esa condición se transmite hasta sin palabras, con el gesto de satisfacción y de seguridad que proporciona el refugio de la lectura, algo que se proyecta en un diálogo sosegado, brillante y razonable. Hacía referencias con frecuencia a algún escritor o personaje de alguna novela y lo veíamos siempre con algún libro a cuestas. Así se produce el sano contagio del hábito de la lectura en las escuelas, con maestros lectores. Igual que el que ve un coche en la calle y ansía tenerlo, la felicidad que transmiten los grandes lectores como Don Salvador también es objeto de deseo. El recuerdo de aquellos días y de este gran maestro nos ocupó más que nunca el pasado noviembre de 2014 al saber de su repentino fallecimiento. D.E.P.
Para maestros con proyectos en el aula, como los referidos con anterioridad, no debe pasar desapercibido una publicación que vio la luz en Lanzarote hace unos meses. El libro “El postigo, una mirada al pasado del municipio de Tías”.
Por José Juan Romero
SOSPECHOSOS HABITUALES
ACCESO
ACCESO
Sección abierta al profesorado y personas afines al mundo de la literatura, donde se publican de forma periódica, reflexiones, sugerencias, textos literarios, etc. que los "sospechosos habituales" entiendan que deben publicar. El CEP de Lanzarote no se hace responsable de las opiniones reflejadas en este apartado de expresión escrita.
Animamos a participar a todo el profesorado en esta sección, bien en el apartado de comentarios en cada artículo, y/o escribiendo artículos para su publicación y enviándolos a bibliotecaceplanzarote@gmail.com o agueher@gobiernodecanarias.org.
Animamos a participar a todo el profesorado en esta sección, bien en el apartado de comentarios en cada artículo, y/o escribiendo artículos para su publicación y enviándolos a bibliotecaceplanzarote@gmail.com o agueher@gobiernodecanarias.org.
No hay comentarios:
Publicar un comentario